El espacio sagrado (lugar de práctica) de Gwendoline Aliaume
Mi nombre es Gwendoline y vivo en Vendée. Después de estudiar diseño quise reconectar con el camino del yoga que había descubierto a los 15 años cuando practicaba natación de alto nivel. Creé BOM YOGA y NUTRICIÓN en 2016 y después de varios cursos de formación en Francia y en el extranjero, imparto mi docencia a través de diversos cursos y estancias. Apasionada del deporte y el bienestar y enamorada del surfista, encuentro mi esencia en el yoga dinámico (ashtanga-vonyasa, flow) a la vez que complemento la práctica y mi enseñanza con el yin yoga y nidra.
¿Qué significa para usted “espacio sagrado”?
Para mí, un espacio sagrado es un área dedicada a mi práctica. Tenía en mente la posibilidad de montar una pequeña habitación en casa donde dejar volar mi creatividad sobre la alfombra y mis otras pasiones: pintar, leer. Es un poco como mi santuario y un espacio propio... a veces compartido por mis dos grandes felinos, ¡incluido uno que nunca abandona mi alfombra Manduka!
¿Cómo organizas tu “espacio sagrado” o el lugar donde practicas yoga?
Mi espacio tiene muchos estantes donde dejo mis cuencos, diversos instrumentos, equipos y libros al alcance de la mano. Mi alfombra ocupa un lugar destacado en este espacio.
¿Qué objetos son imprescindibles para ti en este espacio?
Diferentes objetos que cuentan una historia: mi alfombra que está impregnada de sudor (glamour) y emociones, conchas y corales, un trozo de palosanto o un difusor de aceites esenciales porque el perfume evoca recuerdos. Mi refuerzo también es fundamental para mi vida diaria porque, como madre joven, me gusta recargar pilas con nidra y yoga restaurativo.
¿Cuál es tu rutina diaria de “bienestar” o yoga?
Tengo una rutina como un día: tónico por la mañana (cepillado corporal), ducha tibia o fría, práctica dinámica.
Por la noche, me gusta masajearme la cara y recostarme sobre mi almohada para realizar algunas posturas informales.
Gwendoline