Nancy Rousselle

Aquí el retrato de una yoguini feliz y filosófica, cliente de Tayronalife.com. Conocí a Nancy a través de intercambios de correo electrónico. Las primeras fueron solicitudes de asesoramiento, luego solicitudes relativas a su entrega y finalmente el envío por parte de esta última de esta foto donde estaba muy feliz y orgullosa de descubrir su nueva esterilla de yoga encargada en el sitio. Y allí quedé deslumbrado por su resplandor.

Le pedí que compartiera su entusiasmo, sus consejos y su práctica con nosotros a través de algunas preguntas personales sobre su práctica de yoga que comparto con ustedes hoy.

Y con toda humildad y sinceridad participó en el juego del cuestionario de Proust. El resultado está lleno de sabiduría, frescura y clarividencia. Espero que esta iniciativa inicie una larga serie de retratos de clientes satisfechos y filosóficos de tayronalife.com.

¿Cómo lograste cuidarte?

Hace unos años me dieron dos consejos muy básicos que literalmente cambiaron mi vida:

  1. “No es huyendo e yendo al otro lado de la tierra como te sentirás mejor. El problema seguirá persiguiéndote a cualquier lugar si no lo resuelves dentro de ti mismo'”.
  2. "No me importa lo que los demás piensen de ti".

La primera es más que cierta : hace poco menos de 10 años me sentí deprimida, perdida, quería mudarme lejos de la ciudad donde vivía. Seguí el psicoanálisis para comprenderme mejor y este consejo es uno de los mejores que me dio mi psicóloga, aunque me llevó algunos años más comprenderlo realmente...

La idea es que sólo poniendo fertilizante en tu pequeño jardín interior podrás alcanzar la felicidad y erradicar los problemas. La felicidad depende sólo de nosotros.

Para explicar mi pensamiento: llevo varios años experimentando para encontrar lo positivo en cada situación que experimento, en cada momento de felicidad pero también en cada problema que encuentro. Al principio sentí que me estaba comportando como un osito cariñoso, pero poco a poco me sentí profundamente feliz y realizado. No vino de nadie más que de mí y tuvo un efecto bastante poderoso. Cuanto más feliz eres, más felicidad compartes y más felices hace a los demás.

Los problemas que encontramos se pueden abordar de dos maneras: o viendo sólo lo negativo de la situación y, por tanto, autocreando estrés. Ya sea respirando profundamente y haciendo un poco de trabajo de visualización: enumere lo que es positivo en su vida, pero también trate de abordar su problema visualizándolo en términos de las cosas positivas que producirá una vez que se haya resuelto. Cada experiencia, tarde o temprano, nos sirve como lección para crecer, por lo que bien podríamos acoger con agrado tu problema en este sentido. Mantén la calma, respira hondo y oblígate a tener paciencia. ¡Todo problema eventualmente encuentra su solución!

Finalmente, el segundo consejo es simplemente no darle importancia a lo que otros puedan decir de nosotros. Las críticas siempre son bienvenidas siempre que sean constructivas. Excepto que la mayoría de las veces nos enfrentamos a juicios basados ​​en ideas preconcebidas. Rara vez pasamos más de unos minutos u horas con los demás. En este corto tiempo, al final resulta complicado saber realmente quién es la persona que tenemos delante, sus creencias, qué piensa, qué ha vivido o cualquier otra cosa. Por tanto, es muy fácil caer en la trampa de emitir un juicio basándose únicamente en unas pocas palabras que nos ha dicho esa persona o simplemente en su apariencia.

Este consejo me permitió desapegarme y sentirme más en paz con los demás. Por supuesto, debes permanecer abierto a los demás, pero también debes saber quién eres y qué quieres. La clave es sentirte en sintonía contigo mismo y respetarte. A partir de ahí nos cuidamos.

¿Qué práctica para tu bienestar?

Las actividades físicas en general (baile, natación, yoga, crossfit) son la base de mi bienestar. El hecho de moverme, reconectar con mi cuerpo y dar rienda suelta a nuestros movimientos me aporta un profundo bienestar.

Y en el yoga encontré un todo: una práctica que es a la vez física pero también respiratoria y meditativa. Cuando comencé hace unos años, ¡no pensé que me volvería tan adicta y descubriría una práctica tan rica! Al principio solo veía las asanas, pero poco a poco fui tomando conciencia del poder de los pranayamas y del canto (mantras). Ahora en caso de estrés respiro, me concentro en mis sentimientos (“Me siento estresado, ¿puedo sentirlo en alguna parte de mi cuerpo?” Inténtalo, ¡es mágico!) y si es necesario, practico algunas posturas.

¿Cuál es el ritual de tu práctica?

¡Hidrátate y practica lentamente! Me gusta empezar una sesión sin sentir sed. Me da la impresión de poder ir más allá en mi flexibilidad pero también me da una sensación de desintoxicación. También me gusta tomarme el tiempo que necesito para mis sesiones, nunca tengo el tiempo cerca cuando practico porque escucho sobre todo las sensaciones de mi cuerpo y mi mente: ¿todavía siento tensión en esta postura? ¿Me siento completamente relajado? ¿Lo disfruto? ¡Las sesiones pueden durar 5 minutos o varias horas!

¿Qué obtienes de esto?

Simplemente me siento mejor conmigo mismo. Salgo de cada sesión mucho más relajada y feliz de lo habitual. Es un rayo de sol y un auténtico descanso en mis días.

¿Qué llevas en tu bolsa de yoga?

No viajo mucho pero creo que no podría vivir sin algunos aceites esenciales. La lavanda es lo más importante para mí: calmante, curativa, mantiene alejados a los animales y su olor es un poco de magdalena Proust para mí, me recuerda a los paseos con mi abuela cuando era niña, ¡a menudo íbamos a recoger lavanda!

¿Cuál es tu objeto/accesorio favorito?

Llevo un estilo de vida bastante minimalista y regularmente dono lo que tengo en el bolsillo a asociaciones. Entonces no podría elegir un objeto fetiche porque creo que no tengo ninguno, al menos no se me ocurre nada.

¿Cuál sería tu consejo para Tayrona Yoginis?

¡Sé curioso! Conoce gente, prueba varias formas de yoga pero también varias formas de actividades deportivas o culturales. Sólo abriéndonos a los diferentes universos que existen podemos enriquecer nuestra práctica. El yoga no es sólo una serie de posturas para relajarse sino una apertura y un aprendizaje perpetuo. Es algo muy sutil y difícil de explicar pero que se hace escuchando, experimentando por uno mismo.

¿Dónde/cómo practicas?

Practico principalmente en casa. Me mudaba mucho, por lo que era complicado invertir adecuadamente en un curso. Todavía tomé algunos cursos con varios profesores para tener una buena base.

Hace poco conocí a un profesor de Vinyasa yoga (el yoga que más me gusta practicar) a unos treinta kilómetros de mi casa. Me gusta mucho su personalidad y comencé con ella en septiembre una vez por semana por el momento, esperando poco a poco poder verla más seguido.

También tengo curiosidad por probar una pasantía o un retiro. Y quién sabe, ¡tal vez conozca a mi “maestro yogui”! ¡Sería un sueño vivirlo como en las películas!

Mientras tanto, practico diariamente en casa: a veces 5 minutos por la mañana simplemente haciendo un saludo al sol en mi baño para despertarme y reconectarme con mis sensaciones y despertarme del sueño. A veces, haciendo una sesión grande y más tradicional. A veces simplemente medito por la noche para calmarme. Y a veces todo esto en el mismo día. Cada día es diferente y nunca está programado. El yoga viene por sí solo según lo que necesito.


También uso mucho la red Instagram. Recientemente descubrí una “moda”: desafíos lanzados ya sea por profesores de yoga o por marcas que ofrecen productos para yoguis. Cada día se propone una nueva postura a trabajar, podrás fotografiarte e intercambiar libremente con la comunidad que participa. Son estos desafíos los que me han empujado a profundizar mi práctica de asanas recientemente.

¿Cuál es tu mantra/frase favorita?

“Si no lo haces tú, nadie lo hará por ti” pero también “el que viva verá” . Estos dos pensamientos me empujan desde hace años a hacer deporte, a atreverme a ir donde quiero, a superar mi timidez.

 

01 febrero 2017 — Patricia Nagelmackers