Encontrar el equilibrio a través del yoga
Quizás ya hayas sentido, tras una sesión de yoga, una perfecta armonía, tanto entre tu cuerpo y tu mente, como en relación con tu situación en el universo.
Este equilibrio global es uno de los objetivos (si podemos hablar de objetivos) de la práctica del yoga.
La acción combinada de la respiración, el trabajo de relajación profunda y la participación muscular específica permite relajar y activar todo el cuerpo, oxigenarlo y también actuar sobre la mente, lo que nos proporciona una sensación de bienestar óptimo.
Notarás que ciertas posturas generan en ti emociones inesperadas, porque actúan no sólo sobre el cuerpo sino también sobre el campo emocional. Las siguientes posturas ayudan a fortalecer la sensación de equilibrio. ¡Así que toma tus esterillas de yoga !
1. Tadasana, la montaña
De pie sobre la colchoneta o el suelo, junte los pies y enganche las piernas. Realice una ligera retroversión de la pelvis para liberar la zona lumbar y suavizar la columna. Los brazos, los dedos, se dirigen activamente hacia el suelo y el corazón se abre, hacia el cielo. Lleva tu barbilla hacia tu pecho para alargar tu cuello.
Esta postura “básica”, que a menudo se utiliza como postura de descanso o de transición, es en realidad muy poderosa, ya que permite reenfocarse y conectarse con la energía de la tierra cuando se practica con atención plena. No dudes en practicar esta postura en el suelo al aire libre, para fortalecer aún más tu conexión sagrada con la Tierra.
2. Trikonasana, el Triángulo
Para la postura del triángulo, párese a lo largo de su estera de yoga con los pies paralelos. Luego, gire el pie derecho unos 90 grados, de modo que los dedos miren hacia el borde estrecho de la colchoneta. Inhala para levantar los brazos, paralelos al suelo y con los hombros alineados. Mientras exhala, imagine que su mano derecha tira de él y estire la parte superior de su cuerpo hacia la derecha. Mientras exhala, coloque su mano derecha sobre su pantorrilla o en el suelo. Los brazos siempre están alineados entre sí y las caderas permanecen mirando hacia el borde largo de la colchoneta. Puedes utilizar un ladrillo, que colocas debajo de tu mano derecha para ahorrar espacio y hacer más cómoda la posición. Repite la postura del otro lado.
3. Vrksāsana, el Árbol
De pie sobre tu colchoneta o (mejor aún) sobre la tierra, extiende tu pie derecho en el suelo y activa tu pierna derecha presionando ligeramente el pie contra el suelo. Coloque el peso del cuerpo sobre la pierna derecha y levante el pie izquierdo. Coloque su pie izquierdo sobre su tobillo, pantorrilla o muslo. Junte las palmas de las manos en oración o levante los brazos hacia el cielo. Mantén esta postura durante varias respiraciones, fijando un punto en el horizonte.
4. Savasana, posición del cadáver
Túmbate en el suelo con los brazos y las piernas separados y relájate. Puedes colocar un cojín de yoga debajo de las rodillas para relajar la espalda baja.
Esta postura de anclaje y relajación por excelencia se debe realizar al final de cada práctica. Te permite asimilar los beneficios de la sesión y reunir tus energías.