La sesión de yoga para abrir la pelvis.
El yoga es una práctica que no sólo actúa sobre el cuerpo físico, sino que también puede desbloquear determinadas tensiones mentales y emocionales.
La pelvis es una zona fundamental del cuerpo. En primer lugar, físicamente, la pelvis soporta el peso de la parte superior del cuerpo y protege los genitales. También es la pelvis la que permite caminar, y es en esta parte del cuerpo donde se desarrolla el bebé de la mujer. Simbólicamente, la pelvis representa el asiento de muchas emociones. Está vinculado a nuestras vidas pasadas, a nuestra herencia familiar, y según la tradición hindú es allí donde se ubica el segundo Chakra, el asiento del Yo.
Las siguientes posturas de yoga tienen como objetivo abrir la pelvis para liberarla de sus bloqueos, tanto físicos como emocionales. Lo mejor es realizar estas posturas sobre una esterilla de yoga con buena amortiguación como la esterilla Eq Love 7 Chakras o sobre la “My Soul Mat” de Tayrona Yoga
1. Utkata Konasana, la Diosa
De pie a lo largo de la colchoneta, separe los pies y gire los dedos hacia las esquinas de la colchoneta. Respire profundamente y luego exhale para doblar ampliamente las rodillas. Asegúrate de que estén bien colocados por encima de los talones, lo que creará un estiramiento para tus caderas. Con cada inhalación, estire la columna inclinando el pubis ligeramente hacia adelante, como si quisiera clavar el coxis en el suelo. Mientras exhalas, abre más las rodillas doblándolas para acentuar la postura.
2. Baddha Konasana, la mariposa
En posición sentada, junte las plantas de los pies y deje caer las rodillas a cada lado. Inhala para alargar la columna y exhala prestando atención a las caderas, para relajarlas y permitir conscientemente que la pelvis se abra más.
No dudes en colocar un ladrillo o una manta debajo de tus nalgas si sientes un estiramiento demasiado intenso o doloroso en la zona lumbar.
3. Dhanurasana, el Arco
Tumbado en el suelo, respira unas cuantas veces con la frente apoyada en el suelo, para prepararte mentalmente para la postura. Luego, doble las rodillas y agarre los tobillos con las manos, asegurándose de mantener las rodillas separadas a la altura de las caderas. Con una inhalación, levante simultáneamente las rodillas y los hombros del suelo. Quédese aquí durante cuatro a seis respiraciones.
Para facilitar esta postura y reducir la intensidad en la zona lumbar, utiliza una correa, que colocas a la altura de tus tobillos.
4. Chakrasana, la Rueda
Acuéstese en el suelo, boca arriba. Coloque los talones cerca de las nalgas, de modo que pueda alcanzarlos con las yemas de los dedos. Luego, coloque las manos a cada lado de las orejas, con las yemas de los dedos apuntando hacia los hombros. Respire profundamente mientras empuja las manos y los pies simultáneamente. Relaje el cuello en la postura y manténgala de 5 a 10 respiraciones.
Si esta postura es demasiado intensa para tu columna, prefiere la posición de medio puente. En esta variación los brazos permanecen en el suelo, es la pelvis la que se eleva hacia el cielo.
Puedes incluir estas posturas en tu práctica diaria o enfatizarlas cuando sientas que necesitas una limpieza emocional. ¡Buena práctica!