Mi sesión de yoga para desarrollar músculo
Equilibrio, concentración, relajación, son términos que a menudo encontramos asociados al yoga.
¿Pero sabías que el yoga también puede ayudarte a desarrollar músculos profundos? A continuación te presentamos algunas posturas para practicar de forma consciente para fortalecer el cuerpo y la mente.
Esta sesión es ideal para despertar tu energía por la mañana. Ella es muy dinámica.
Primero, desenrolla tu esterilla de yoga en un lugar tranquilo y no demasiado caluroso. Tenga sus accesorios de yoga, es decir, su bloque de yoga y su correa al alcance de la mano, párese frente a su estera con los ojos cerrados. Y allá vamos.
1. Tadasana
Para comenzar, párate frente a la colchoneta con los pies juntos. Presione los pies contra el suelo para activar las piernas. Estire las yemas de los dedos hacia el suelo y estire la columna, llevando el pubis ligeramente hacia adelante. Respira profundamente, expandiendo tu estómago mientras inhalas.
Esta postura te permitirá comenzar a calentar suavemente todo el cuerpo.
2. Saludo al sol
Mientras inhala, levante los brazos hacia el cielo y abra los hombros inclinándose ligeramente hacia atrás. Exhala para volver hacia adelante, hasta que las yemas de tus dedos toquen el suelo. Si puedes, coloca las manos en el suelo a cada lado de los pies. Doble las rodillas si es necesario.
Luego, regresa ambos pies a la posición de tabla. Permanece aquí entre 3 y 5 respiraciones para fortalecer todo el cuerpo, especialmente las piernas, los brazos, la espalda y los músculos abdominales.
Exhalar le permite volver a colocar las nalgas en la postura del perro boca abajo. Camine o salte para que ambos pies vuelvan a estar en sus manos. Levanta la espalda recta, en Tadasana.
Repita este saludo de 10 a 20 veces para calentar y energizar el cuerpo.
3. Naukasana
La postura denominada “bote” utiliza y fortalece las piernas y los abdominales.
Comienza sentado en el suelo, con las rodillas dobladas. Agarre la parte posterior de las rodillas con las manos o con una correa, luego levante los pies del suelo, balanceándose ligeramente hacia atrás para contrarrestar. Coloque las pantorrillas paralelas al suelo, las rodillas en un ángulo de 90°. Luego, si te es posible, estira las piernas para la versión final de la postura.
Permanezca en la posición durante 5 a 10 respiraciones profundas. Sentirás que tus músculos se contraen para mantener la postura y no temas si sacudes ligeramente. Esto desaparecerá con la práctica.
4. Virabhadrāsana III
De pie sobre tu colchoneta, colócate primero en la postura de guerrero I. Para ello, mueve una pierna hacia atrás y estira los brazos hacia el cielo. En segundo lugar, apóyate en la pierna que queda delante, con la rodilla ligeramente flexionada. Muévete hacia adelante hasta que el pie trasero se despegue del suelo. Lo ideal es que el torso y la pierna estén en la misma línea, paralelos al suelo. Sin embargo, al principio no te fuerces a levantar la pierna trasera; esto vendrá con la práctica. Permanece en la postura entre 30 segundos y un minuto.
Esta postura tendrá el efecto de fortalecer todos los músculos de la espalda, así como los hombros, pero también la pelvis y las piernas. La postura del Guerrero III también será efectiva para fortalecer la concentración y canalizar la mente.
Puedes practicar estas posturas de forma independiente o conjunta. Esta sesión bastante dinámica será la preferida para una clase de yoga matutina.