Chloé Regat, una mujercita enérgica de 30 años, reflexóloga, masajista y profesora de yoga en Ginebra y sus alrededores.

Apasionada por la vida, la naturaleza y el movimiento, fue a través de su eterno entusiasmo por descubrir cosas nuevas que comenzó a practicar yoga. Animada, positiva y enérgica (a veces demasiado según sus allegados), rápidamente se enamoró de él, tanto por su apariencia física como por lo que lograba aportar a su mente.

Convencida de que el bienestar de cada persona y del conjunto es la clave para un mundo mejor, intenta hoy, cada día, a través de su profesión de reflexóloga y masajista, pero también de profesora de yoga, poner el bienestar en siendo sus pacientes/alumnos en el centro de sus preocupaciones. Porque todo el mundo, en algún momento de la vida, necesita ayuda, porque ella misma necesitó que le dieran una buena mano, hoy quiere poder sacar a relucir el potencial de cada uno y verlo brillar. Rápidamente quiso combinar sus cuidados con la enseñanza de yoga para poder cuidar de las personas en su conjunto, tanto física como emocionalmente.

Era natural que le hiciera algunas preguntas personales sobre su práctica de yoga que hoy comparto con ustedes.

¿Cómo lograste cuidarte?

Cuidarse… eso es difícil, y aún así. Para cuidar “bien” de los demás es imprescindible saber, sobre todo, cómo cuidarse uno mismo. Y la vida rápidamente me enseñó eso. Como emprendedor y súper activo, siempre he hecho todo a fondo, mil cosas a la vez, me interesaban 10 cosas al mismo tiempo, siempre quise aprender más, sin realmente tomarme el tiempo. Porque a mí me costaba parar y “no hacer nada”, bueno la vida se encargó de eso por mí

A la edad en que tenía que elegir cómo sería mi futuro (al terminar la escuela secundaria), me encontré frente a este mal del siglo (entre otros) que es la migraña. De hecho, después de varios años de dolores incesantes, los médicos me diagnosticaron una “migraña” de causa hereditaria (y por lo tanto no hay mucho que podamos hacer). Convencido de que no podía permanecer en este estado (después de haber pasado, por supuesto, por un período en el que me di por vencido y creí que marcaría mi vida cotidiana indefinidamente) y admitir esta inevitabilidad que me hacía tomar analgésicos todos los días, decidí entrar. otros rumbos, buscando soluciones que la medicina tradicional no me daba. Decidida a encontrar formas de aliviar mi dolor pero sobre todo a entender por qué existía, recurrí a la medicina alternativa y al mismo tiempo a la práctica del yoga (todo sucede en el momento adecuado).

No fue un camino fácil y tomó mucho tiempo, pero después de varios meses de cuidados y práctica, aprendí a escucharme, a comprender lo que expresaba mi cuerpo, a conocerme mejor y así respetarme más. Hoy puedo decir que estoy libre de mi dolor, que mi vida diaria ha cambiado y que vuelvo a vivir plenamente.

¿Qué práctica para tu bienestar?

Escuchando mi vocecita y mis deseos. Ya no me fuerce (dentro de lo razonable, por supuesto), sepa qué es bueno para mí y cultívelo. Sólo respetarme a mí mismo.

Gestionar el bullicio y la hiperactividad de mi mente (que luego consume toda mi energía) reconectándome con la naturaleza, escalando y explorando las montañas circundantes para extraer su energía, recargar mis baterías y calmarme.

Mi alimentación, basada en valores eco-responsables, es también un elemento muy importante para mi bienestar, tanto físico como mental.

Estar rodeado de personas que amo, pero también saber tomarme un tiempo a solas, para encontrarme a mí mismo (estos momentos no son necesariamente obvios al principio pero son preciosos).

¿Cuál es el ritual de tu práctica?

Practico el pensamiento positivo tanto como sea posible: cambia la forma en que miramos la vida y aclara nuestra vida diaria. Pruébalo, seguro que te convencerás muy rápidamente.

Tomo descansos “en la naturaleza” siempre que puedo, en mi vida diaria, saliendo a caminar al aire libre, reconectándome con la naturaleza y maravillándome del espectáculo constante que nos ofrece. Me gusta agradecerle y sonreír mientras la admiro.

Cuando me siento estresado o perdido, me gusta detenerme, cerrar los ojos, respirar profundamente y sonreír. Si tengo la suerte de echar un vistazo cuando abro los ojos, la vista suele ser maravillosa: una sonrisa que surge desde lo más profundo de ti es muy comunicativa. Pruébalo y verás :)

¿Qué obtienes de esto?

Mucho positivo :) Como persona muy sensible, mi mente y mis sentidos están en permanente sobreactividad. Si este aspecto de mi personalidad puede ser sumamente rico, también requiere que sepa tomarme momentos para mí, para encontrarme a mí mismo, reconectándome conmigo mismo y con la naturaleza, para no perderme.

Caminar, correr, respirar, sonreír, bailar al aire libre me permite encontrar cierta ligereza, calma y una cierta forma de libertad. Clarividencia

también. Los problemas parecen aclararse cuando regreso, como si se volvieran menos gravosos y las soluciones parecieran más claras.

Cada uno debe encontrar sus propios consejos personales (esto se puede aprender) para ayudarse a sí mismo y tomarse la vida más a la ligera.

¿Qué llevas en tu bolsa de yoga?

Agua. Primer reflejo cuando sufrí dolores de cabeza: recordar siempre hidratarme lo más posible. Nunca bebemos suficiente (agua, obviamente). Para aquellos que “nunca tienen sed”, lleve siempre consigo una botella (en el bolso, señoras, o en el escritorio) y beba de ella cada vez que la vea. Acabarás con sed, te lo aseguro, ¡funciona!

¿Cuál es tu objeto/accesorio favorito?

No soy muy apegado a los objetos y tampoco soy realmente un fetichista. Entonces nada especial.

¿Cuál sería tu consejo para Tayrona Yoginis?

Deseo que todos se escuchen a sí mismos, siempre un poco más. Escucha tu pequeña voz interior, sabe dejarla expresar y así regresar a tu esencia. Porque sólo ella sabe lo que es realmente bueno para ti, que nunca te engañará ni te abandonará.

Finalmente, tómate el tiempo para vibrar cuando se presenten oportunidades. Al compartir con amigos, durante un momento romántico, durante un paseo por la naturaleza, solo o acompañado, ¡tómate el tiempo para identificar lo que está sucediendo y disfrutar! Sé espectador de tus momentos de felicidad, es tan bueno aprovecharlos.

¿Dónde/cómo practicas?

Debido a que el yoga no se limita a la práctica de posturas, lo practico en todas partes y todo el tiempo (bueno, de todos modos varias veces al día jeje). Porque es importante saber tomar conciencia de todo lo que nos rodea, en cada momento, y ver lo positivo que nos ofrece la vida, en los buenos y no tan buenos momentos. Porque cada toma de conciencia del momento que estamos viviendo, de la sensación que sentimos en nuestro interior, de nuestras reacciones externas, de lo que podemos oír, ver, en cada momento de la vida, nos hace crecer, nos abre más a nuestros sentidos, a nuestro “ nosotros” y a la vida. Porque vale la pena vivir la vida al máximo (y somos de los afortunados que podemos decirlo), porque el yoga es TODO ESO, ¡así que practica!

¡Una y otra vez!

¿Cuál es tu mantra/frase favorita?

¡No sabían que era imposible y lo hicieron!” »

Porque muchas veces nos ponemos límites (miedos) y si pudiéramos soltar más, seguramente lograríamos más cosas grandes.

15 septiembre 2018 — Patricia Nagelmackers