El camino hacia el logro a veces puede parecer largo y tortuoso. Como ahora sabemos, la práctica regular de yoga ayuda a las personas en su búsqueda de plenitud y realización. El yoga es una filosofía de vida que concierne no sólo al aspecto físico y la respiración, sino también al campo mental, las emociones y el contacto con los planos sutiles.

A medida que el yogui evoluciona, descubre facetas a veces insospechadas de su personalidad. Aprende a domar lo que considera sus defectos y, para sublimarlos, utiliza sus cualidades para inspirar al mundo.

Los yamas o código moral de conducta del yogui

Los yamas que analizamos aquí son, en cierto modo, un código moral de conducta que sirve para apoyar y ayudar a los practicantes de yoga en su evolución. Estas son reglas de vida en nuestra relación con otros individuos.

Hay cinco yamas.

1. Ahimsa: no violencia

Este yama por supuesto significa que no debemos mostrar violencia física hacia los demás, pero también que debemos cultivar una actitud de benevolencia hacia nuestro entorno, para poder crear y mantener la paz.

2. Satya: no mientas

Es el hecho de no pronunciar palabras falsas, pero también de ser justo en lo que dices, lo más cercano posible a la realidad. Esto es válido para el discurso oral pero también para todas esas pequeñas frases que dan vueltas en nuestra cabeza y que a menudo nos contaminan.

Saber distinguir la verdad de la falsedad es uno de los objetivos del yoga, que desarrolla percepciones sutiles.

3. Asteya: no codicies, no acumules

La lujuria es querer tener lo que otros tienen y tener envidia de los demás. Esto puede crear un círculo vicioso que nos lleve a querer siempre más. Al cultivar el desapego, nos volvemos más libres y apreciamos aún más lo que ya tenemos: nuestro cuerpo, por ejemplo.

4. Brahmacharya: moderación

Se trata de aprender a gestionar nuestra energía, evitando que nos dispersemos. Cuando vamos en exceso, nuestra energía ya no se canaliza, perdemos el equilibrio. En la práctica del yoga, esto podría traducirse, por ejemplo, en realizar una postura mucho antes de intentar abordar otras posturas más complejas. Este es, en cierto modo, el camino intermedio.

5. Aparigraha: dejar ir

Este yama recomienda no aferrarnos a lo que tenemos, ya sean bienes materiales, personas o nuestra situación actual. En efecto, todo es impermanencia, por lo tanto debemos aceptar que estas cosas pueden desaparecer. Abordar la vida soltando significa tener confianza en el Universo y en su capacidad de brindarnos lo que necesitamos, incluso cuando se trata de experiencias desagradables.

Lejos de ser dogmas rigurosos, los yamas son intenciones positivas que pueden ayudar al individuo a dar y encarnar lo mejor de sí mismo. Trabajan de la mano de los niyamas, que son reglas de conducta en nuestra relación con nosotros mismos.

¿Qué te inspira esto? ¿Se siente preparado para poner a prueba estos principios en su vida?

29 noviembre 2018 — Patricia Nagelmackers